Si cuelgo ahora, todo se habrá
terminado y tú lo sabes bien. No es que nos quede alguna otra situación, pero
soy la peor persona para expresar las cosas y sobre todo si me encuentro ebrio.
Todo el lastre que tenemos desde hace algunos meses nos ha comenzado a tirar, la
pequeña travesía alrededor de la ciudad va desapareciendo; ya no hay lugar para
nosotros en esta podrida ciudad.
Entonces, si crees que lo mejor
es colgar, creo que deberíamos pensárnoslo bien. En una llamada no caben los
silencios de abril, los momentos amargos de noviembre y uno que otro rosario –que
suelo detestar- es así entonces como todo debe terminar.
Lo siento. Por favor llámame
cuando escuches este mensaje.