Anss

Lo que voy a escribir a continuación, es la verdad; podría parecer algo fuera de la realidad a momentos, pero es meramente No-Ficción.No recuerdo donde fue el lugar que la conocí, pero creo recordar el lugar donde conversamos por vez primera. En esos entonces, mi cabello era algo incómodo, pues no estaba del todo largo, ni del todo corto. Mi cabello sigue siendo incómodo, pero ya no es del nada relevante. Llegó de imprevisto, como la mayoría de las cosas malas que le pueden suceder a uno, pues esas cosas nunca se esperan. Ella es así, exactamente lo contrario.

Respecto al abrigo rojo.

Es el último trimestre del año. El año es 2012. Las cartas fluyen, fluyen de manera indiferente, pero eso es ficción, al menos eso quiero suponer “lo de las cartas, a las cartas”.
Hay un mar de gente, no se puede caminar, más bien la multitud toma algunas decisiones. Hay unos mensajes, porque entre tanta gente no se puede entender uno del todo las palabras que van saliendo de la boca. Después, hay una banda, que no tocaba bien, más bien hacían ruido y eso me bastaba. Todo es extrañamente delicioso pues me sabe a sábado, me sabe a octubre, me sabe a 27; luego de algunos mensajes en notas con marcadores y brillantina, te vas. Me voy.
De pronto estamos en un bar semi-concurrido de la ciudad y las circunstancias son distintas y diferentes y todo es como tranquilo; supongo que debe ser el ritmo que poco a poco nos va moldeando la vida; para variar no hay partido esta noche, nunca los hay, pero no me importa. La plática va de unas viejas aventuras por lugares no conocidos, de cómo el ser foráneo es una sensación que se va quedando con uno y al final el ser foráneo es el único hogar posible cuando no se quiere estar aquí.
Y de pronto, ya es 2013.

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¿Entonces?