27 de octubre
Supongo que esta fecha bien podría
ser el eje central de mis historias amorosas –fallidas-; aunque si me lo pienso
bien creo que es más bien algo premeditado por alguien más. Es el momento en
que te conocí por vez primera; también es el momento en donde te conocí por
segunda vez. De cierta manera todas las chicas, son siempre la misma, sé que es
horrible hacer tal comparación, pero no puedo evitarlo. De un momento a otro
puedo verte entre los espacios que van abandonando. Te veo por ejemplo a punto
de dejar el país. Toma brevemente esta nota de “bon voyage” en cursivas y con
la rapidez que ameritan las despedidas breves, porque las despedidas largas no son
para mí.
Alguien ha gritado que han roto
su ventana, se trata de un tipo que no es de por aquí; el estado de euforia,
supera a momentos al de ebriedad, las caminatas nocturnas son cada vez más
prolongadas y definitivamente no conocemos este lugar. Hay un tipo que siempre
habla de ti, realmente siempre me ha parecido un imbécil, pero no creo tener
nada más que decir.
De cierto modo es horrible el
resolver no quererte, es algo que va contra mis principios; pues principalmente
despiertas esa sensación, es una especie de sueño que no puedo sortear bien;
como ir tropezando con el snooze del despertador, dame unos nueve minutos más
para tratar de comprenderte del todo, aunque estoy seguro que con nueve minutos
no voy a poder saber todo de ti.
Si a momentos no sé nada de ti y
tengo una desconexión total, es tan sólo el insomnio cobrando su factura
habitual, reclamándome en oleadas salvajes. Pudiera intentar tomar algunas
pastillas, pero me agrada cuando todo surge de manera natural.
Qué más puedo decir mientras el
sueño acecha y tú con él.