Después de todo este tiempo, no
se me ocurre una manera bonita para terminar, en específico para concluir todo
lo que ha venido sucediendo. lo más cercano a todo eso, es el merito centro de
Monterrey, no estoy hablando de Morelos y Juárez, que no sé porque tiene esa
denominación; hablo de Juárez y Tapia; es a partir de ahí donde se divide la
ciudad; el origen. de ahí nacen el norte y sur, el oriente y el poniente. la
idea siempre me ha fascinado como el origen del raciocinio, el origen del
acuerdo meramente humano y la convivencia social.
En ese origen, he pasado muchas
cosas, desde secuestros fingidos antes de que comience la obra, miradas
furtivas, al acecho de mi llegada y pérdidas involuntarias del asombro.
Es así como me gustaría
relacionar el final de pacto ficcional, con el origen orientacional de Monterrey;
pues después de todo, los ciclos son iteraciones infinitas, y nuestro final, no
es más que un comienzo y viceversa. me agrada la idea de tener un final donde
siempre ha sido un comienzo, me agrada el potencial que tiene, el caos poético
que implica.
Son los lugares, las ubicaciones
y las historias urbanas, lo que nos llevó a realizar todo esto, el salir a las
calles y traerles la vida diaria, el ir pescando sucesos que a primera
instancia parecían aislados, pero de lejos uno puede ver la telaraña de
situaciones que van ligadas para con hechos más grandes; todo resulta ser una
casualidad bien hilada y bien desarrollada dentro de la pequeña ficción
regiomontana y el mundito que viene siendo México.
No me queda más que agradecer a
las personas que pasaban a leer algunas líneas, entre trabajos y tiempos libres;
a las personas que creen/creyeron en nosotros, en lo que tenemos/teníamos que
decir; pero sobre todo quiero agradecer a Jorge (los dos, el de verdad y el de
mentiras) pues es el mejor compañero scout literario que se puede tener en una
ciudad salvaje como la nuestra.
Si están perdidos sigan caminando,
recorriendo callejones, calles y lugares extraños; nosotros también estamos perdidos,
de pronto pudiera ser, que entre tanta confusión, terminamos por encontrarnos.
Z